martes, 21 de enero de 2014

Ganas de abrazarte, de besarte, de sentir tu calor, tu perfume.
Querer ver tu sonrisa, tus ojos, tu locura cerca mío. Ser todo y ser nada en instantes. 
Extrañar que peleemos, hacerte cosquillas, compartir momentos juntos. Y después hablarnos como si nada. Como dos desconocidos, o personas que se conocen recién. 
Eso es lo que más extraño, no ser nada. Pero esa nada me hacía bien, sentía tu cariño, tus besos y tus lindos abrazos.
Todo tiene un final, y quizás este sea el nuestro. Nunca nos entendimos ni compartíamos muchas cosas como para ser algo más. Pero disfruté mientras pasó; y te lo agradezco.