viernes, 5 de septiembre de 2014

Gustavo

No eras de mis favoritos, es decir, te escuchaba, como todos, pero nunca de una manera especial, eras nacional, un orgullo, pero había tantos otros que llamaban mi atención...
Hace cuatro años, cuando comenzaste a estar en coma, sentí un gran dolor, fue bastante feo, ver sufrir a todos, a la gran parte de las personas que me rodeaban, imaginarte en ese estado, sentir sensaciones terribles de dolor, de vacío.
Pasaron cuatro años, estuviste muy tranquilo, te perdiste muchos acontecimientos que te hubieran gustado, supongo. Pero a pesar que estabas en reposo, tu música, tu alma y la gran admiración que te teníamos, tenemos, nunca desapareció, y quizás fue aumentando en algunos.
Siempre al escuchar que un tema tuyo sonaba me ponía muy feliz y deseaba que regreses, volver a sentirte vivo, que sigas deslumbrando a todos, como siempre supiste.
Ante ayer, 4 de septiembre, decidiste descansar eternamente, ponerle un fin a toda esa pesadilla, y es muy triste realmente, pero ahora sabemos que estas mejor, que vas a descansar como mereces.
Los genios nunca mueren, viven eternamente, en nuestros corazones, en nuestras almas, mentes. Sos música, sos eternamente canción que siempre va a escucharse.
Gracias por todo, Gustavo. Por todas tus palabras, enseñanzas, por darnos tantos momentos, por tanta magia.
Adiós, algún día nos encontraremos.